La historia de Austria es una de guerra contra los invasores del este y en concreto contra los infieles turcos. Leopoldo I, el Habsburgo al mando, ha traído la paz y la prosperidad, y ha mantenido una maquinaria militar de primer orden. Esto da a los austriacos la posibilidad de convertirse en una auténtica gran potencia, bien dentro de los límites del viejo imperio, bien hacia el sur por Italia o hacia el este. Este último plan requiere persuadir a los turcos -a punta de espada- de que sus destinos no se hayan en Europa.
La fortaleza de Bretaña reside en el mar, pero tanto en comercio y colonización como en potencia naval. A los ingleses y los escoceses les gusta pensar que pueden dormir tranquilos, porque no tienen que preocuparse por ningún invasor o tirano extranjero. En parte tienen razón, pero sólo mientras no haya un poder continental centralizado. Una nación que pueda reunir los recursos de Europa puede seguramente echar a perder el sueño de Albión. Este, por tanto, es el objetivo principal de Gran Bretaña: aliarse con la débil Europa en contra de los fuertes - ¡y al mismo tiempo robar tantas posesiones ultramarinas como sea posible!
En 1700, Francia es la potencia preeminente en Europa Occidental, con un ejército sin rival, enormes colonias y un rey que es respetado y temido por todo el mundo, tanto dentro como fuera del país. Pocas naciones suponen una amenaza real para sus bien equipados ejércitos y fronteras bien fortificadas. Francia está rodeada de posibilidades, y más allá de Europa hay otros continentes por conquistar y colonizar: Nueva Francia en América del Norte, y las riquezas de india. Los poco fiables ingleses tendrán que ser apartados o aplastados, pero ¿qué problema hay en hacerlo?
El Imperio Maratha o Confederación Maratha nació con violencia, como resultado de la exitosa liberación del sometimiento mogol hace menos de una generación. Tal vez ahora, sin embargo, sea la hora de la expansión. Por ahora, los europeos quieren sólo dinero y comercio, pero pronto buscarán concesiones, un trozo de tierra aquí, otro allá, hasta que todo esté bajo el dominio de extranjeros. A menos que una mano fuerte guíe a India, es posible que los invasores mogoles sea reemplazado por los extranjeros europeos.
El poder otomano no tiene igual en extensión y grandeza, cabalgando sobre la ruta tradicional de comercio entre Europa y Asia. Los otomanos también tienen el control sobre toda la costa norte de África. Estratégicamente, el imperio está en una posición potencialmente poderosa: los Balcanes son un bastión natural para defender Estambul, y un posible trampolín para conquistar Europa central. El control del Mediterráneo permitiría al Sultán hacer lo que desee con las potencias menores de Europa. Y hacia el este, la ruta hacia India ofrece la oportunidad de grandes riquezas.
Los problemas de Polania, y sus enemigos, son los de cualquier estado rodeado por rivales ambiciosos, todos ellos buscando hacerse más fuertes a costa de alguien. Y aún así, esas rivalidades podrían volverse ventajas. Los rusos no tienen derechos divinos para dominar las estepas, o los suecos para controlar el Báltico. Los diversos estados germánicos necesitan aliados, al igual que otras naciones, y no pueden esperar quedarse con lo que les apetezca sin pelear por ello. Un líder polaco que escoja a sus aliados con cuidado, y haga lo mismo con sus guerras, podría hacer mucho por la grandeza de su país.
Los prusianos siempre han tenido que luchar, pero eso les ha hecho competentes, no sedientos de sangre. Tienen el potencial de convertirse en una gran potencia continental gracias a sus tradiciones marciales, muchas de las cuales pueden rastrearse hasta los Caballeros Teutones. Esto podría formar la base de un ejército que verdaderamente conquistara el mundo. Con la dirección adecuada, podrían unir a los pueblos germanoparlantes en una única entidad, dominar el Báltico y, tal vez, extender su alcance más allá de los confines de la Europa central.
Rusia tiene inacabables recursos sobre los que nutrirse, y el renombrado valor de su gente para alimentar sus ejércitos. Puede ser un enemigo formidable, y alguien muy complicado de atacar por otras fuerzas. En el oeste está la riqueza de Europa y el acceso a un mundo más amplio a través de un puerto en el Báltico. Al sur, están los eslavos y cristianos ortodoxos que podrían incorporarse a un mayor Imperio ruso. Y más allá, el resto del mundo espera ser conquistado por los hijos de la Madre Rusia.
Los españoles son desde hace mucho conquistadores y colonizadores en distintas partes. Pero España ha sufrido con la debilidad mental y el gobierno del rey Carlos II. Cuando muera, ¿qué fuerzas darán forma al destino del Imperio? ¿Volverá otra vez España a vencer a sus rivales protestantes? ¿Habrá una nueva generación de conquistadores para plantar la bandera española en lejanas playas? Su sucesor tendrá mucho que sopesar, pero ¡siempre podrá contar con una nación valiente dispuesta a recuperar su grandeza!
Suecia domina Escandinavia y el Báltico, un imperio norteeuropeo que es el legado del incomparable rey guerrero, Gustavo II Adolphus. En el amanecer del nuevo siglo, Suecia es un estado fuerte y agresivo, rodeado por celosos rivales a los que ha quitado territorios en los últimos siglos. El ejército sueco son comparables a los de cualquier país europeo, y su armada no carece de recursos y pericia. Con un imperio doméstico asegurado ¿quién puede asegurar que un imperio en ultramar no puede también conseguirse y mantenerse?
Después de domar su tierra, los holandeses han abrazado el mar y se han convertido en la principal potencia naval del mundo. Los comerciantes holandeses navegan por los océanos de todo el mundo y las riquezas del mundo pasan por los puertos holandeses. Pero ahora los holandeses tienen muchas esperanzas en el futuro. Tienen una poderosa armada y una tradición de victorias. Hay riquezas en abundancia en todos los rincones del mundo, ¡y los holandeses sólo tienen que ir y cogerlas!
Los Estados Unidos de América tienen un futuro de posibilidades infinitas. Un continente que se extiende hacia el Oeste y nadie está completamente seguro de qué encontrarán allí. Las olas del océano Atlántico lamen las orillas al este y atraen a los marineros americanos a ir más lejos: comercio y aventuras les esperan allí también. También habrá acuerdos que fijar con los británicos en Canadá o que desanimar a las ambiciosas naciones de Europa. ¡Hay mucho que hacer, si la nación más reciente y atrevida tiene que sobrevivir y prosperar!